Se considera la necesidad inmediata y urgente de hablar de lo que hoy conocemos como necesidades educativas y dificultades específicas. Actualmente, nos encontramos en una sociedad y, más concretamente, ante un sistema educativo en el que la integración debe ser considerada como un objetivo primordial. Pero para conseguir dicha integración necesitamos de profesionales que trabajen en dicha dirección. Estos profesionales capacitados para trabajar las necesidades educativas y dificultades específicas son los pedagogos, psicopedagogos y demás profesionales especializados en este campo. Tratar de igualar la educación de estos niños con la de aquellos que no presentan estas necesidades especiales, es el objetivo.
¿Cómo debe hacerse?
- Dando atención preferente y directa
- Asesorando en materiales adaptados a la dificultad o trastorno específico
- Dando consejo y apoyo a la familia y personas que interactúan con el niño/a
Pero ¿qué son las necesidades educativas especiales o dificultades específicas?¿podemos encontrar unificación en su definición?
Cierto es que hoy día nos encontramos con diversidad de definiciones dada la ambigüedad de ámbitos de actuación que puede abarcar la conceptualización del término. Mientras que unos las definen como la problemática encontrada en los niños/as, otros se refieren a las estrategias utilizadas para trabajar dicha problemática. Nosotros vamos a realizar una definición que abarque las dos opciones, ya que, creemos que es la más correcta.
Así pues, podemos decir que entendemos las necesidades educativas especiales como “aquellas dificultades educativas especiales que impiden al niño/a llevar a cabo una educación normalizada en comparación con los niños/as de su edad, ya sea por exceso o por defecto en cuanto a capacidades, habilidades y destrezas que se esperan en esa etapa educativa concreta. Por tanto, el niño precisa de ayudas y recursos adicionales (humanos, materiales y/o pedagógicos) para conducir su proceso de desarrollo personal, social, cognitivo y educativo, y contribuir al logro de los fines de la educación”.
Ya hemos mencionado lo que consideramos que es la definición más exacta de las necesidades educativas especiales, por lo que queremos hacer ahora una breve mención de la clasificación general de cada una de ellas. Ya que consideramos que dicha clasificación puede ser orientativa para aquellos padres que duden de si la situación de sus hijos es o no una necesidad especial a tratar. Siendo así, las necesidades educativas especiales pueden ser temporales o permanentes y a su vez pueden ser debidas a causas:
- Físicas
- Psíquicas
- Situación socio-familiar
- Otros casos de inadaptación
Dadas las causas, podemos mencionar algunas necesidades educativas especiales más comunes y darles nombre, dejando abierto el paréntesis, ya que existe una gran variedad, unas conocidas y otras menos conocidas, así pues: TGD, disfasia, disfunción y/o daño cerebral, dislexia, disgrafía, disortografía, discalculia, trastornos en el desarrollo cognitivo, déficit atencional, hiperactividad, TDAH, TEA, síndrome de Asperger, psicomotricidad, habilidades sociales, sobredotación intelectual, trastornos NO específicos del aprendizaje, ACNEE, ACNEAE, discapacidad intelectual, síndrome de donw, trastornos generalizados de la conducta, técnicas de estudio (refuerzo escolar), retraso del lenguaje, afasia, disfemia (tartamudez), dislalia, disartria, disfonía, disglosía, taquilalia, deglución atípica, etc...
Debemos tener en cuenta que estos niños/as necesitan una atención especializada dentro del sistema educativo actual. Para ello, profesores y orientadores deben trabajar por y para la adaptación curricular del programa educativo del niño/a, cuya finalidad será alcanzar los objetivos establecidos, aunque se requieran de estrategias adaptadas para ello. Además de utilizar los apoyos impuestos legalmente como un derecho dentro del sistema educativo actual y, por ende, en cada uno de los colegios en donde estos niños/as están escolarizados.
Existen otros tipos de ayudas y recursos externos y necesarios que facilitan claras orientaciones de cuáles pueden ser los requerimientos de quienes presenten necesidades educativas especiales. Estos recursos o profesionales a los que nos referimos son: pedagogos/as, psicólogos/as, logopedas, fonoaudiólogos/as, etc... todos ellos especializados, formados y capacitados para trabajar con la problemática en cuestión.
Pero podemos preguntarnos: ¿cómo puede evolucionar el niño/a cuando existen varios agentes y/o profesionales con los que interactúa, además de la familia con quien vive la cotidianidad del día a día?¿Cómo puede haber una evolución si cada persona puede actuar con el niño/a de diferente manera? Es a estas preguntas a las que contestamos con rotundidad diciendo que la clave está en la colaboración conjunta de familia, profesores y profesionales como objetivo fundamental para el desarrollo integral del niño/a.
Dentro de este amplio espectro de trastornos y/o alteraciones es importante hacer una buena valoración del caso para realizar un buen diagnóstico y como consecuencia el tratamiento adaptado a la casuística. El procedimiento a seguir es:
- Entrevista con padres y niño/a
- Evaluación y/o valoración
- Tratamiento e intervención
- Seguimiento
Seguir estos pasos garantiza una buena evaluación de la problemática. Para ello debemos acudir a los profesionales adecuados y paliar cualquier duda que podamos tener de si nos encontramos ante un niño/a con NEE o no. Un buen tratamiento a tiempo es un éxito seguro traducido en un niño/a plenamente desarrollado personal, social, cognitivo y educativamente, es decir, hablamos de un correcto desarrollo integral.
Por último y para finalizar, afirmar que: “Ninguna dificultad específica, necesidad educativa, trastorno o alteración en un niño/a debe impedir un aprendizaje y una educación “normalizada””.